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Lo primero que debes saber es que para que tú idea sea considerada una invención, al menos una parte significativa de su tecnología debe ser completamente novedosa. No deben existir pruebas de que dicha idea haya sido descrita con anterioridad, ni se haya usado para el mismo fin. No siendo necesario que toda la tecnología sea novedosa
En muchas ocasiones hay personas que creen haber encontrado un uso novedoso de algún producto o procedimiento, y en realidad, en la mayoría de los casos, la idea ya se conoce, y como ya te hemos dicho en nuestra introducción de invenciones “tú idea debe ser considerada completamente novedosa al menos en una parte significativa de su tecnología o producción”. Nuestro consejo es realizar una búsqueda previa para conocer el Estado de la Técnica en el campo técnico de la invención, donde poder encontrar documentación que afecte a nuestro invento.
No es obligatorio realizar una búsqueda antes de presentar la solicitud; aunque sí es conveniente, para evitar emplear esfuerzo y dinero en algo que ya está inventado, y también nos orientará sobre cómo se han redactado otras solicitudes. Esta búsqueda tampoco es una garantía de novedad absoluta. Pueden existir invenciones que no están patentadas o que no aparezcan en las bases de datos en el momento de la búsqueda (si la solicitud es muy reciente, existe un período de secreto en el que no puede ser consultada).
En resumen la Patente puede referirse a un procedimiento nuevo, un aparato nuevo, un producto nuevo o un perfeccionamiento o mejora de los mismos. La duración de la Patente es de veinte años a contar desde la fecha de presentación de la solicitud. Para mantenerla en vigor es preciso pagar tasas anuales a partir de su concesión.
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